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Cómo prepararse para las desinversiones

La preparación de las desinversiones implica una serie de procesos. Las empresas deben evaluar su preparación, desarrollar un plan de desinversión y obtener el compromiso de la dirección de la empresa. A continuación, hay que planificar la venta. Estos procesos son vitales para el éxito de cualquier desinversión. A continuación se ofrecen algunos consejos para ayudarle a preparar las desinversiones.

Evaluar la preparación de la organización

Hay varios factores que hay que tener en cuenta a la hora de evaluar la preparación de la organización para las desinversiones. En primer lugar, está el nivel de preparación para el cambio. Cuanto más alto sea el nivel, más probable es que la organización tenga éxito con el cambio. Esto se mide a través de los comportamientos organizativos relacionados con la implementación del cambio, como la voluntad de iniciar el cambio y los comportamientos prosociales. La disposición al cambio también puede verse afectada por otros factores, como el tamaño, el sector, la estructura organizativa y las experiencias negativas con el cambio.

Una tercera opción es contratar a un tercero independiente para que realice una evaluación de la preparación de la organización. Una organización externa puede examinar la empresa de forma objetiva, lo que permite una evaluación realista. También puede ayudar a identificar cualquier formación o cambio adicional que pueda ser necesario. Por último, una evaluación puede ayudar a identificar los activos y pasivos que se verán afectados por el cambio propuesto.

La preparación de la organización se ha pasado por alto en gran medida, pero las investigaciones demuestran que es un área importante que las organizaciones deben tener en cuenta. Es fundamental crear una estrategia que ayude a la organización a alcanzar sus objetivos y a seguir siendo competitiva en un entorno en constante cambio. El nivel de preparación de una organización puede evaluarse mediante el uso de la teoría de Lewin y la teoría del intercambio social.

Una buena evaluación del grado de preparación es el primer paso para mejorar la calidad. Tras la evaluación, se puede desarrollar un plan para lograr los cambios deseados. El desarrollo de una estrategia para aplicar el cambio debe incluir también las necesidades y la percepción de sus empleados. Una vez puesto en marcha el plan, debería ser capaz de realizar cambios que ayuden a la organización a mantenerse en el futuro.

Una evaluación de la preparación puede requerir una auditoría externa, pero no siempre es necesario contratar a un auditor externo. Dependiendo del nivel de madurez de su organización, puede realizar la evaluación internamente a través de su responsable de riesgos o director de auditoría. El responsable de riesgos y el auditor podrán conocer los controles y las lagunas de su organización.

Desarrollar un plan de desinversión

El proceso de desarrollo de una cartera de desinversiones comienza con el examen anual de la cartera de su empresa. Esto le permite identificar los activos que pueden ser más valiosos para otros. Cuando una empresa tiene una cartera con varios negocios infravalorados, puede ser valioso vender estos activos y redirigir el efectivo a áreas estratégicas.

Un plan de desinversión debe ser exhaustivo. Debe incluir las estrategias y actividades que usted y sus compradores llevarán a cabo para maximizar el valor. Además de desarrollar una estrategia, tenga en cuenta las necesidades y motivaciones de los empleados de su empresa. Al preparar una desinversión, incluya a su departamento de recursos humanos en las primeras conversaciones y recopile datos y documentos de los empleados. Considere la posibilidad de crear encuestas o cuestionarios para recopilar información sobre los empleados. Asimismo, haga un seguimiento de las preguntas y preocupaciones de los posibles pretendientes.

Un proceso de desinversión debe incluir también un plan de desinversión. Las mejores empresas abordan las desinversiones con el mismo rigor que las adquisiciones. Utilizando equipos dedicados a la desinversión, elaboran planes detallados de desintegración para sus negocios objetivo y consideran las perspectivas de los empleados y los compradores.

Una vez que se ha tomado la decisión de desinvertir, el siguiente paso es determinar la mejor manera de vender los activos. La elección del mejor método para una campaña de desinversión variará en función de los activos a vender, el entorno del mercado y los objetivos de la empresa.

Planificación de la venta

Antes de vender una empresa o un activo, hay que planificar la venta. Esto es especialmente importante en las primeras etapas, cuando puede que no sepa quién va a comprar su activo. Concéntrese primero en las cosas que sí sabe y luego empiece a trabajar para preparar el activo para la venta. Una vez que encuentre un comprador, el proceso se acelerará. No se arrepentirá del tiempo y el esfuerzo que haya dedicado a la planificación.

Su plan debe incluir qué activos vender, cuándo y cómo. Para ello, empiece por realizar lo que se conoce como "capability scoping", es decir, hacer un balance de las capacidades más importantes asociadas a cada activo. Estos activos suelen ser productos o servicios de una unidad de negocio. Además de sus capacidades específicas, es posible que también tenga que determinar qué capacidades se aprovechan o comparten con otras partes de la unidad de negocio.

Antes de iniciar el proceso de venta de una división, debe evaluar su valor. Puede evaluar este valor contratando a un asesor de valoración de empresas. Este profesional puede ayudarle a determinar cuánto quiere invertir en su empresa y cuánto necesita vender. También le ayudará a determinar la estrategia de venta óptima.

También debe preparar los servicios esenciales de los que depende su empresa, como los financieros, los de recursos humanos, los jurídicos y los informáticos. Al vender una empresa, los compradores quieren saber que su negocio puede seguir funcionando después de la desinversión. Debe tener un plan para transferir estos servicios a un proveedor externo si es necesario.

Conseguir el mejor precio

Al negociar con los posibles compradores, uno de los principales objetivos de la desinversión es conseguir el mejor precio por el activo. Esto suele implicar un nuevo examen de la unidad que se va a desinvertir y la evaluación de las oportunidades de mejora que se incluyen en el modelo de valoración. El objetivo es presionar a los compradores para que ofrezcan un precio que coincida con el múltiplo del EBITDA ajustado de la dirección.

El primer paso es definir completamente el activo que se va a desinvertir. Esto reducirá el riesgo de dejar dinero sobre la mesa y evitará introducir el escepticismo entre los compradores, que puede arruinar el acuerdo. Además, las desinversiones que se completan dentro de los doce meses siguientes al anuncio generan mayores rendimientos totales para los accionistas que las que se retrasan más allá de ese plazo.

Una vez desarrollada la estrategia de desinversión, determinar qué activos deben venderse y cuándo hacerlo son los siguientes pasos. La determinación del alcance de las capacidades implica hacer un balance de todas las capacidades clave asociadas a los activos que se ofrecen. Esto es importante porque los compradores suelen esperar una diligencia debida mucho más detallada sobre sus activos. Por ejemplo, pueden pedir información sobre impuestos, seguros y tecnología de la información. Esto significa que los vendedores deben estar preparados para responder a todas las preguntas.


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